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18 de septiembre de 2011

El tiempo

El tiempo pasa,
aprisa vuela.
Avanza siempre,
nunca retrocede.
Tirano cruel,
el peor de todos;
manos vacías
deja a la sazón,
pues todo va
y nada viene,
ninguna cosa queda,
atrás dejó todas.

El pasado se hace viejo
día a día;
el presente
se nos escapa;
y el futuro
tan incierto,
tan anhelado,
se hace hoy,
cierto y nuestro,
pero al paso
lejos quedó también,
y es ahora,
sólo recuerdo.

Enemigo del hombre
ciertamente,
quien estarse
para siempre quiere,
que volviendo los ojos,
hacia lo que ahora
es ya pasado,
ve cerca de su andar
un final ya acabado.

Sin embargo,
lo que fue
y lo que vendrá,
se entrelaza
en nuestras manos.
Y el presente,
se hace hoy eterno,
para quien vive,
para quien anda,
como amigo y compañero,
de ese tirano tiempo.

Y es que la vida
se pasa,
aprisa va
y aprisa viene,
y si plenamente
no vivimos,
¿A dónde ir a parar?
El regalo de vivir,
¿Qué hacemos de ello?

Por ello,
Ya pase el viento,
ya pase la vida,
ya pase el tiempo;
todo ha de ser hecho,
como presente,
como entrega cotidiana,
colmada de Amor
a Aquel que permanece
y que más allá del tiempo
nos espera
con dulce paciencia.