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1 de septiembre de 2012

A Nennolina, una amiga del cielo

La santidad parece a veces, un ideal un tanto inalcanzable para muchos. Sin embargo Dios, en su Providencia, no se cansa de mostrarnos a través de la sabiduría de su Iglesia, modelos cercanos y a veces tan especiales, de personas que irradiaron la luz de Cristo sobre los seres humanos en su tiempo, con una vida sencilla, pero no por ello menos extraordinaria, y que ahora brillan desde el cielo, como hermanos y hermanas que nos alientan en el caminar a los que aún andamos por estos terrenos lugares.

Una de estas personas es Antonietta Meo más conocida como la "Nennolina", una niña italiana Sierva de Dios, de tan sólo 7 años, que vivió en Roma de 1930 a 1937. Las cartas que le dicta a su madre (ella no sabía escribir) demuestran con una hermosa sencillez el gran amor, confianza y amistad que tenía con Jesús, Dios Padre y Santa María; así como su gran Amor a la Iglesia y su generosidad. Aquí dos de las más bonitas:


“Querido Jesús Eucaristía te quiero tanto tanto pero tanto querido Jesús!… 
Y estoy muy contenta que dentro de siete será la Santa Navidad y podré recibirte en la Santa Comunión. 
Querido Jesús libra tantas almas del purgatorio para que vengan a glorificar al Paraíso la SS. Trinidad. 
Querido Jesús díle a Dios Padre que estoy contenta que Él me ha inspirado a hacer la primera Comunión el día de Navidad porque es el día en que nació Jesús en la tierra para salvarnos y para morir en la Cruz. Querido Jesús díle a Dios Padre que le quiero mucho y que le agradezco que pronto será la S. Navidad.
Querido Jesús bendice la Iglesia el Papa y el Clero. 
Querido Jesús dále tanta fuerza a aquélla enferma para que pueda soportar sus dolores y te encomiendo aquél sacerdote y ayuda especialmente aquél pecador. 
Querido Jesús bendice a mis padres a mi a mi hermanita mis tíos y la tía los abuelos y abuelas y todo el mundo y especialmente te encomiendo de convertir a muchos pecadores. 
Querido Jesús, yo quiero que la Virgensita me dé Ella con sus manos su Jesús. 
Saludos caricias y besos de tu querida Antonietta”.
(Carta n.98 - 17 de diciembre de 1936)


“Querido Jesús en la Cruz y querido Niño Jesús Oh! Jesús!…
Tú que eres tan tan bueno y ves que nosotros cometemos tantos pecados, 
tú perdónanos y ház que un día vengamos contigo al Paraíso. 
Oh Jesús! Tù que has sufrido tanto por nosotros 
pero yo quiero poner remedio a todos estos pecados que te hacen a tí. 
Oh Jesús...tú que naciste en una gruta en Belén 
y que sufriste tanto en aquélla paja yo quiero hacer todo lo posible para reparar tanto dolor. 
Tú sentías tanto frío pero solo un buey y un borriquito 
hacían lo posible por calentarte. 
Querido Jesús, tú que bajaste de las estrellas para venir a esta tierra a salvarnos y para recuperar el Paraíso. 
Tú que sufriste tanto dolor, yo quiero hacer lo posible para poner remedio a tanto dolor. Querido Jesús tantos saludos caricias y besos 
de tu querida Antonietta”.
Antonietta y Jesús
(Carta 123 del 23 de enero de 1937)

Al conocer a esta niña santa, e ir creciendo en amistad con ella, me encontré también con una bella historia que a manera de poesía, trata de expresar el gozo de Dios, al crear a tan amada hija suya. Espero con mucho ardor, que pueda servir en algo para que otras personas puedan encontrarse con la amistad de esta impresionante santa:

Estaba Dios en sus cavilaciones
creando a sus criaturas,
sellándolas con su Huella,
con el barro de su Amor:
cada hijo e hija suyos,
con una vocación particular,
con una misión por cumplir. 
Estaba Dios en fin,
Creando, soñando, amando,
forjando Su familia,
derramando su Ternura.

Cuando de repente,
en cierto momento
algo llamó su atención:
había encontrado 
una pieza pequeña
de un cristal aparente,
un material novedoso 
que a su cavilar ahora,
se sumaba pensar
qué hacer de aquello.

Una idea excelente,
se le ocurrió al buen Dios,
como aquellas 
que sólo tiene Él,
de qué hacer 
con aquel material hallado…
“Una criatura,
tan alegre y tan bella,
tan sencilla y pequeña…
¡Un niña!
Especial,
luminosa,
como este aparente cristal;
de dulce candor 
y sonrisa constante,
tan amiga del cielo,
como quien en juegos
de aquí ha salido;
tan brillante, transparente,
y frágil a su vez,
como este material encontrado,
que gran idea me ha dado”…

“Irradiará alegría y esperanza,
como este cristalito
irradia mi Luz;
encenderá antorchas apagadas,
con sus inocentes palabras,
que quedarán marcadas 
como en pétalos de flores albas
que todos admirarán
y en corazones,
que abandonaran su dureza,
para volverse de carne, de entrega, 
de libertad y entereza;
y aún quebradiza como el cristal,
sufrirá por mis hijos e hijas,
que se encuentren apartados
para que tornen su mirar
de nuevo a mi amistad”…

"Y a esta niña, especial amiga del Hijo, 
engreída de la Virgen, 
¡tan querida suya!, 
especial tesoro de mi cielo,
tan hermosa y risueña, 
tan tierna y frágil, mas de sonrisa luminosa, 
la llamarán  Nennolina"...  

Y así Dios,  
más contento aún,
por este alegre detalle, 
siguió viendo todo bueno,
todo pleno,
y volvió a lo suyo,
a su labor concreta,
concibiendo sueños,
como lo hizo
al crear a Antonietta.

Para conocer más a Antonietta, puedes visitar el siguiente link: http://www.nennolina.it